El potaje afrodisiaco regado con orujo gallego con el que íbamos a inaugurar nuestro laboratorio fantasmagórico se tuvo que cancelar. El espacio que teníamos destinado al efecto ha sido invadido por Arquitectos Sin Fronteras, que por algo son arquitectos y pueden invadir lo que sea, no en vano carecen de fronteras. En cualquier caso, como la causa es noble, por nuestra parte estamos encantados de tenerles allí como invitados.
Sin embargo, el Laboratorio ha empezado a ejercer su mesiánica labor en forma trashumante y ayer se apropió de un maltrecho tejado de La Tabacelera para acompañar a Antonio Graell y a su equipo en un fascinante proyecto de body painting y fotografía al atardecer.
Los resultados, espectaculares, se verán muy pronto.
Había merecido un correito, porque me he enterado de casualidad porque precisamente entraba para ver la hora y ya había hecho el plan de visitaros... Cachis!!!
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